Si deseas desarrollar todo tu potencial y convertirte en todo lo que Dios quiere que seas, debes abrazar el cambio. Dios desea lo mejor para ti, así que permite que Dios te transforme y te haga más a Su semejanza. No te aferres al pasado, sino cambia la forma en que ves las cosas y únete activamente a lo que Dios está haciendo en tu vida. Siente curiosidad por las nuevas ideas, perspectivas y enfoques. Emociónate con las posibilidades que el cambio pueda traer porque Dios quiere hacer nuevas cosas en tu vida, en tu comunidad, en tu ciudad y en el mundo.
No quiero que mueras, dice el Señor Soberano. ¡Cambia de rumbo y vive!… ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia! El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.
Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues el vino reventaría los cueros, y tanto el vino como los cueros se echarían a perder. El vino nuevo necesita cueros nuevos.
Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva… Y el que estaba sentado en el trono dijo: “¡Miren, hago nuevas todas las cosas!”
Ideas para la Acción
Piensa en un área de tu vida que quieras cambiar. Luego encuentra a alguien en quien confíes y comparte con él/ella cómo te gustaría ser diferente.
Dios desea que vivas una vida rica y satisfactoria. No se complace en la miseria de nadie, sino que quiere que vivas alegremente y te conviertas en todo lo que puedes ser descubriendo tu verdadera identidad y vocación. Para llegar allí, tendrás que repensar tu vida, tu propósito, tus relaciones y tus prioridades. La Biblia llama a este arrepentimiento: cambiar de opinión y decidir vivir de manera diferente. Entonces, ¿qué clase de persona quieres ser realmente? Si quieres llegar a ser todo lo que estabas destinado a ser, necesitas estar abierto a cambiar y pasar de una vida egocéntrica a una vida centrada en Dios y en los demás. ORA: que Dios te ilumine y te ayude a arrepentirte y a cambiar. Abraza el cambio
Jesús vino a cambiar radicalmente las cosas en la tierra. Vino a cambiar la forma en que debemos pensar acerca de la gente; sobre el perdón y sobre el pecado y los pecadores. También vino a cambiar la forma en que debemos pensar acerca de la religión; acerca de los mandamientos de Dios y sobre Dios mismo. Por eso usó las palabras: nadie vierte vino nuevo en los viejos vinos. Estaba claro para él que las viejas pieles no serían capaces de sostener Su camino, Su verdad y Su vida. ¿En serio estás dispuesto a dejar atrás viejos hábitos? Abraza el cambio en tu vida y deja que Dios te guie en el proceso de renovarte para que seas la persona para la que te creó. ORA: que Dios prepare tu corazón para el cambio que tiene reservado para ti. Abraza el cambio.
Este pasaje lo deja claro: el propósito del Evangelio no es simplemente ganar un converso o cambiar la religión de una persona. Dios quiere transformar a toda la persona renovando su cosmovisión, sus valores, lealtades, estilo de vida, corazón y mente de acuerdo con Su voluntad. Piénsalo: Dios desea hacerte nuevo, para que tu vida sea mucho más que simplemente supervivencia o placer. Quiere que hagas las paces con Él y contigo mismo, para que puedas hacer las paces con los demás. Desea que abraces tu verdadera vocación como Su embajador: vivir una vida que traiga reconciliación, sanidad y cambio a muchos otros. ORA: que Dios te transforme y te haga una nueva persona. Abraza el cambio.
Dios desea que recuperemos nuestra verdadera identidad transformándonos a Su imagen, para que podamos reflejar Su Shalom (su gloria) de nuevo en el mundo. Desafortunadamente, en muchas ocasiones, el cristianismo ha quedado por debajo de este deseo. En lugar de llegar a ser como Cristo, a menudo hemos hecho a Cristo como nosotros, por lo que la fe cristiana no tiene un buen nombre en la mayor parte del mundo. A pesar de esto, la voluntad de Dios sigue siendo la misma: Quiere que tú y yo desarrollemos un carácter divino y nos volvamos más como Cristo en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Quiere que nos liberemos de viejos patrones destructivos y vivamos los valores de Su Reino. ORA: para que el poder del Espíritu en tu vida te cambie más a la semejanza de Cristo. Abraza el cambio.
La santidad no se define por lo que evitamos, sino por lo que hacemos. En este pasaje, los paganos orgullosos son convocados para cambiar su conducta: alejarse de la inmoralidad sexual, la codicia, y muchas otras cosas que el mundo pagano dio por sentado. Elegir convertirse en cristiano no fue una cosa fácil entonces, ni lo es ahora. Puesto que es difícil, tratamos de moldear a Dios a nuestra imagen, en lugar de permitir que Él nos moldee a Su imagen. La pregunta es: ¿Buscas que Dios solo para que sirva tus necesidades y deseos, o estás dispuesto a aprender a imitar a Cristo? ORA: que el Espíritu transforme tus hábitos, actitudes, y prácticas en los caminos de Jesús: vivir, perdonar, y amar como Él lo hizo. Abraza el cambio.
Una de las cosas más grandes – y más simples – que puede hacer alguien para asegurar el éxito en la vida es estar presente. Dejar que tu sí sea sí, y tu no, no. Es muy fácil generar ideas y empezar a soñar con las cosas que quieres conseguir y los cambios que quieres hacer. Pero el acto de estar presente realmente es el punto en el que una idea o un deseo se vuelven realidad. El ochenta por ciento del éxito es simplemente llegar allí y estar presente. Es cierto que no todo lo que enfrentas se puede cambiar, pero nada cambiará, hasta que te estés presente y lo enfrentes. Por lo tanto, si realmente quieres cambiar, esfuérzate por estar presente en tus reuniones de discipulado y tus tiempos a solas con Dios. Preséntate con tu cuerpo y tu mente te seguirá. ORA: para que tu sí sea un sí.
Todo cambio incluye experimentación, lucha, fracaso y pérdida. Pero cuando seguimos a Dios mientras Él obra cosas nuevas en nosotros, trabajamos con Él para superar obstáculos o dificultades, y seguimos estando presentes con Él, nos volveremos más enteros, más sincronizados con nuestra verdadera identidad, y más alineados con nuestra vocación. En efecto, la buena obra que Dios comenzó en nosotros y en nuestro mundo llegará a su fin. Es por eso que mantenemos nuestra esperanza en que un día todas las cosas serán hechas nuevas. Aunque aún falta tiempo para ver ese día, podemos abrazar el cambio ahora. Dios nos invita a unirnos al proceso de transformar este mundo en una tierra nueva y a ser transformados a Su imagen. ORA: que Dios te dé ojos para ver las cosas nuevas que Él está haciendo en ti y alrededor de ti.