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#02 PONTE EN 3ER LUGAR

Dios va primero, los demás en segundo y tú en tercer lugar. No pienses sólo en tus propios intereses, sino también en los intereses de los demás. No pienses menos de ti, sólo piensa menos en ti mismo y más en los demás. Sé humilde porque no eres mejor que los demás. En lugar de eso, haz de Dios tu prioridad, sirve a los demás y ponte a ti mismo en tercer lugar. Serás una persona más plena y más sabia por ello.

Pasajes BÍblicos

No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.

Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.

Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley… y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios… para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos… a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

“Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.”

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Ideas para la Acción

Pregúntale a Dios, "¿A quién puedo servir hoy?" Busca una oportunidad para ser el último... en la fila, el último en hablar, o el último en ser atendido.

Reflexiones diarias

Si seguimos el ejemplo de Jesús, debemos anteponer las necesidades de los demás a las nuestras. Esto no significa que evitemos por completo atender nuestras propias necesidades. Pablo no dice, “Nunca busques tus propios intereses”. Sin embargo, nuestra perspectiva ante la vida debería ser la de servir a los demás. Esto significa que cuando somos egoístas y siempre ponemos nuestros intereses y reputación en primer lugar, demostramos que aún no hemos entregado nuestra vida a Jesús. ¿El resultado? Una ruptura total de las relaciones personales y la desintegración de las familias y la sociedad. Sin embargo, si nos humillamos, se presentan nuevas y emocionantes oportunidades, ya que ya no se trata sólo de nosotros, sino de Dios y su misión. ORA: que entregues tu vida a Dios. Ponte en 3er lugar.
Vivir con el orgullo es de lo más difícil que existe. El orgullo te hace pensar que eres más importante que los demás. Te produce un exceso de confianza. Te hace creer que tienes todas las respuestas. Le molesta ser corregido e instruido. Siente envidia cuando los demás reciben reconocimiento. Ignora todo consejo y opinión. Mira con desprecio a los demás. Distorsiona tu habilidad para tomar decisiones sabias. Conlleva consecuencias más graves que cualquier otro defecto de carácter. ¿Entiendes la importancia de esta lección? Jamás escucharás una advertencia más importante para tu vida. El orgullo te destruirá, pero la humildad te exaltará. Cuando empieces a Ser el Tercero, descubrirás que las personas a tu alrededor son una alegría y un regalo en tu vida. ORA: para que Dios te ayude a escuchar y aprender de los demás.Ponte en 3er lugar.
Vivimos en un mundo en el que muchas personas dejan que su talento, poder, riqueza y estatus se le suban a la cabeza, como si sus logros definieran su valor. Buscando impresionar y anhelando la aprobación de los demás, se glorifican jactanciosamente a sí mismos. Jesús deja claro que sus seguidores no deben andar por ese camino: No busques tu propia gloria. Sé humilde. Eres un mero instrumento en la mano de Dios. No te denigres a ti mismo, ni pienses demasiado de ti mismo. Deja que Dios te exalte. Porque Dios humillará a los que se enaltecen, pero exaltará a los que viven humildemente. Imagina aquel momento en el que Dios te exalte: “Bien hecho, buen siervo y fiel”. ORA: para que le des más peso a la gloria de Dios que la gloria de los hombres.Ponte en 3er lugar.
En nuestra cultura, cuando se habla con poder y exigencia, es más probable que los demás te sirvan y respondan. La gente utiliza el poder para salirse con la suya, a menudo perjudicando a otros. Esto simplemente no funciona con Dios. A Él no le impresiona tu ropa, trabajo, calificaciones, dinero, estatus, origen étnico o habilidad para hablar. Son aquellos que se acercan a Dios con humildad los que son escuchados. Desafortunadamente, la iglesia ha sido culpable en repetidas ocasiones de señalar el pecado de otros, pero no se ha arrepentido de sus propias transgresiones. No te acerques a Dios de esa manera, más bien se cuidadoso en la forma en que conduces tu propia vida y en tu comportamiento. ORA: Para que tu y/o tu iglesia sean humildes y asuman la responsabilidad por sus errores para que la tierra puede sanada. Ponte en 3er lugar.
Sólo una persona en la Torá se le ordena ser humilde, y ese es el rey: No debía considerarse mejor que sus hermanos israelitas. Debía ser amable y misericordioso con los pequeños y los grandes, involucrándose en su bienestar. Debía proteger el honor de los más humildes. Cuando le hablaba al pueblo como comunidad, debía hablarles gentilmente diciendo, “Escuchen mis hermanos y mi pueblo…” Siempre debía comportarse con gran humildad. Debía soportar las dificultades, las cargas, las quejas y la ira de la nación como una enfermera cuida a un niño. ORA: para que aprendas a convertirte en un líder que sirve a otros, sin buscar glorificarte a ti mismo. Ponte en 3er lugar.
Para mostrar su interés y preocupación por sus discípulos, Jesús demostró la verdadera naturaleza del liderazgo. No buscó que le sirvieran, sino que se humilló hasta el punto de lavar los polvorientos y sudorosos pies de sus discípulos. Al hacerlo, Jesús demostró que “no importa cuál sea el poder de Dios, el primer aspecto de Dios nunca es el del Maestro absoluto, el Todopoderoso. Es el del Dios que se pone a sí mismo en nuestro nivel humano, se limita a sí mismo,” y sirve a su pueblo. Cuando sigas el ejemplo de Jesús y te propongas ser el Tercero, encontrarás que tu liderazgo será mucho más impactante y que las acciones que parezcan estar por debajo de ti se convertirán en una segunda naturaleza. ORA: que Dios quebrante tu orgullo y te lleve amar a los demás. Ponte en 3er lugar.
Cuando somos orgullosos y nos ponemos en primer lugar, a menudo nos enseñoreamos de aquellos bajo nuestro cuidado, no buscando servir, sino ser servidos. Damos la impresión de que todo está bajo control, aunque las preocupaciones internas nos aplastan. Pedro nos invita a dejar de fingir que todo está bien; a dejar de intentar impresionar a los demás; a dejar de buscar nuestra propia gloria; a vivir en humildad hacia los demás y a poner a Dios en primer lugar. ¿Cómo? Echando nuestras ansiedades y todo lo que nos preocupa sobre Dios quien se preocupa profundamente por nosotros. Cuando te pones en tercer lugar, sabes que estás en Sus poderosas manos y que Él cumplirá Su buena voluntad. ORA: Echa tu ansiedad sobre Dios y entrégale toda preocupación. Ponte en 3er lugar.

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