En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia.
2. Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo.
3. No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan … Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.
4. Te repito: no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos. Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles.
Si un creyente peca contra ti, háblale en privado y hazle ver su falta. Si te escucha y confiesa el pecado, has recuperado a esa persona; pero si no te hace caso, toma a uno o dos más contigo y vuelve a hablarle, para que los dos o tres testigos puedan confirmar todo lo que digas. Si aun así la persona se niega a escuchar, lleva el caso ante la iglesia. Luego, si la persona no acepta la decisión de la iglesia, trata a esa persona como a un pagano o como a un corrupto cobrador de impuestos.
El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
Entonces el Señor le dijo: «Ustedes, los fariseos, son tan cuidadosos para limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero están sucios por dentro, ¡llenos de avaricia y de perversidad! ¡Necios! ¿No hizo Dios tanto el interior como el exterior? Por lo tanto, limpien el interior dando de sus bienes a los pobres, y quedarán completamente limpios.
La fe se fundamenta en la verdad. Lo mismo ocurre en la comunidad cristiana. Cuando hay mentiras, menosprecio, groserías, burlas e inmadurez, las comunidades de fe se debilitan. En la actualidad, como sucedía en aquel entonces, iglesias enteras se han desviado de su camino debido a manipulación, falsa enseñanza e inmadurez, lo que ha conducido a desacuerdos en la iglesia, graves errores y a la desviación de la misión. Para evitar este peligro, Dios llama a los líderes de todas las iglesias que no busquen crecer y engrandecer el nombre de la iglesia, sino levantar creyentes maduros. ¿Cómo? Equipando a cada cristiano, incluido tú mismo, para servir en la misión de Dios, imitar a Jesús, edificar el cuerpo, discernir las mentiras y decir la verdad en el amor. ORA: que Dios te ayude a ti y a tu iglesia a crecer en madurez. Habla la verdad con amor
Pablo describe la nueva vida a la que hemos sido llamados. No es una vida motivada por el engaño, la lujuria, la ira, la codicia o la maldad – el viejo yo. Sino una vida que es caracterizada por la generosidad, la rectitud y la autenticidad – el nuevo yo. Una vida en la que pensamos diferente, hacemos el bien a los demás y caminamos como Jesús. Donde no evitamos decir la verdad por querer ser “amables”, sino que somos capaces de compartir con otros sobre las situaciones difíciles de nuestras propias vidas. Al hacerlo, también aprendemos a opinar con honestidad y a decir lo que hay que decir a otros con amor. Una vez que lo hagamos, reflejaremos genuinamente el Shalom de Jesús. ¿Ya te has revestido con tu nueva identidad? ORA: que el Espíritu Santo te revele los lugares donde te aferras al viejo yo. Habla la verdad con amor
Hablar con la verdad es una de las formas en que podemos crecer como personas y como comunidad. Sin embargo, decir la verdad no es una herramienta para crear divisiones. ¿Cuántas declaraciones hirientes han sido justificadas por la frase: “Yo sólo digo la verdad”? Examina tu corazón. ¿Tu honestidad es simplemente una manifestación de amargura, frustración o calumnia disfrazada? No permitas que “decir las cosas como son” sobrepase el llamado a decir la verdad con amor. En lugar de eso, sé amable – refleja a Dios en la forma en que hablas – y usa tu lengua para bendecir a los demás. Cuando nos comportamos de forma que no refleja el Shalom de Dios, el Espíritu Santo se apaga en nuestro interior. ORA: pide perdón por los momentos en los que has dicho la verdad con amargura. Habla la verdad con amor
En el medio del pasaje más famoso sobre el amor, leemos que el amor se regocija en la verdad. ¿En verdad demostramos el amor cuando escondemos la verdad, cuando dejamos que un problema se prevalezca o cuando dejamos que una persona continúe en pecado? Sabemos que es difícil decir la verdad de frente y aún más difícil hacerlo en el amor. Por eso la mayoría de la gente prefiere hablar a espaldas del otro. No obstante, solo podremos experimentar relaciones sanas cuando somos sinceros y vulnerables. Así que, cuando dices la verdad en amor, también “esperas todas las cosas”; incluyendo que decir la verdad traerá más Shalom a tu comunidad. ORA: que Dios te ayude a ser sincero. Habla la verdad con amor
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