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#20 SÉ UN DISCÍPULO HACEDOR DE DISCÍPULOS

Los seguidores de Jesús no son consumidores religiosos. Si quieres seguir a Jesús, es tu tarea imitarlo, obedecerlo, revestirte de su carácter y unirte a su misión de renovar el mundo. Entonces busca oportunidades para compartir lo que has aprendido con otros y hacer discípulos que hagan más discípulos. Recuerda, un “discípulo” que no hace discípulos no es un discípulo.

Pasajes Bíblicos

Jesús los llamó: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!” Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.

Si me aman, obedezcan mis mandamientos. Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos. El que no me ama no me obedece.

Si quieres ser mi discípulo, debes aborrecer a los demás… De lo contrario, no puedes ser mi discípulo. Además, si no cargas tu propia cruz y me sigues, no puedes ser mi discípulo.

Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias.

Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros.

Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado.

Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos… Ahora enviaré al Espíritu Santo… pero recibirán poder… y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes… hasta los lugares más lejanos de la tierra… como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.

Ideas para la Acción

No te guardes para ti mismo lo que has estado aprendiendo. Piensa en alguien en quien puedas reproducirte. Entonces haz un esfuerzo intencional para empezar a discipular a esa persona.

Reflexiones diarias

Cuando Jesús pidió a sus primeros discípulos que le siguieran para perseguir un mejor propósito, dejaron inmediatamente atrás sus redes, su barca y su padre, aunque les llamaba a abandonar su comodidad por la incomodidad, la autosuficiencia por la confianza en Dios, el ego por la comunidad, y las búsquedas individuales por una misión compartida. Esto significa que nunca debemos restringir el discipulado a los eventos religiosos: el discipulado es mucho más que completar alguna clase. ORA: ¿Crees lo suficiente en Jesús como para obedecerle, dejarlo todo atrás, aprender de él, aceptar su plan para tu vida, seguirle a donde quiera que te lleve, abrazar su misión, compartir la vida con otros seguidores y aprender a ser pescador de hombres? Sé un discípulo hacedor de discípulos.

Nuestros sentimientos, palabras o canciones no definen nuestro amor por Dios. Es nuestra obediencia a Cristo lo que define nuestro amor por Dios. Tristemente, muchas iglesias han llamado a la gente a seguir ciertas reglas o doctrinas, en lugar de obedecer el gran mensaje de Jesús. Han hecho conversos, no discípulos. Pero Jesús nos pide que le obedezcamos, que cambiemos cualquier comportamiento que sea contrario a su Shalom, y que aceptemos su misión como propia. Sus órdenes no están diseñadas para hacernos miserables. En realidad, han sido dadas para ayudarnos a vivir vidas plenas y saludables, como individuos, familias y sociedades. ¿Cómo te llama Dios a creer y obedecerle hoy? ORA: que estés listo para hacer a Jesús “Señor” en todas las áreas de tu vida. Sé un discípulo hacedor de discípulos.
El evangelio de hoy dice: Acepta a Jesús en tu corazón, asiste a la iglesia, y te salvarás e irás al cielo cuando mueras. El evangelio bíblico dice: Jesús dio su vida por ti en la cruz y, a su vez, te invita a seguirlo y a formar parte de su historia para traer la renovación a este mundo. Si aceptas, tendrás que abandonar todo – tus necesidades, tus deseos e incluso tu familia y amar a Dios y su Reino más que a nadie ni a nada en este mundo. Como Cristo, te costará todo, tal vez tu propia vida. Así que, cuenta el costo antes de unirte. Pero también cuenta el terrible costo de no unirte. ORA: que Dios te de convicción a ti y a tu iglesia para pagar el precio del discipulado. Sé un discípulo hacedor de discípulos.
El plan de Jesús para restaurar la sociedad fue sorprendentemente simple. Reunió a un pequeño grupo de discípulos dedicados. Durante tres años vivió con ellos, los cuidó, enseñó, equipó, corrigió, confió, perdonó y los amó. A menudo le fallaron, le desobedecieron, le malinterpretaron, le hirieron, le decepcionaron, pero nunca apartó su amor de ellos. Más tarde, les dio poder con su Espíritu, para poner el mundo entero al revés. Hacer discípulos resume el plan de Cristo para cambiar el mundo. Si tú y tu iglesia estuvieran dispuestos a ser y hacer discípulos de verdad, el impacto en tu ciudad sería asombroso. ORA: que tu iglesia se convierta en una iglesia que hace discípulos. Sé un discípulo hacedor de discípulos.
Pablo anima a Timoteo, su propio discípulo, a discipular a otras personas de confianza, para que ellos también aprendan a obedecer a Jesús, a difundir el Evangelio del Reino y a discipular a otros. Ser un discípulo, que hace discípulos, que hacen aún más discípulos – este es el plan de Dios para nosotros para impactar a las naciones y extender su Reino hasta los confines de la tierra. El cristianismo sería una fuerza increíble para el bien en nuestro mundo, si obedeciéramos consistentemente las enseñanzas de Jesús de Shalom en nuestras propias vidas, estuviéramos dispuestos a sufrir por esta causa, e hiciéramos discípulos que hicieran lo mismo. ¿A quién estás discipulando? ORA: que Dios te dé gente para que discipules, que continúes haciendo más discípulos. Sé un discípulo hacedor de discípulos.
Este pasaje es conocido como la Gran Comisión. Muchos se centran en su aspecto evangelístico, en conseguir que más gente vaya a la iglesia y al cielo después de morir. Pero esta Co-misión es mucho más amplia: No es sólo para ganar conversos y hacer crecer iglesias con mayor número de miembros, sino para hacer discípulos, enseñarles a obedecer a Cristo en cada área de sus vidas y unirse a su misión de renovar este mundo. La tarea es nada menos que discipular a las naciones, para que nuestras ciudades y naciones estén más alineadas con el Shalom de Dios. Pero si la iglesia no discipula a la nación, la nación seguramente discipulará a la iglesia. ORA: que Dios te use a ti y a tu iglesia para hacer discípulos y ayudar a transformar tu ciudad. Sé un discípulo hacedor de discípulos.
El cristianismo no se extendió por arte de magia. Jesús según el libro de Marcos instruye a sus discípulos a ir a todo el mundo y compartir las Buenas Nuevas con toda la creación. Jesús en Lucas comisiona a sus seguidores a ir a Jerusalén, Samaria y a los confines de la tierra, y el Jesús de Juan dice que “como el Padre me envió a mí, así también yo te envío a ti”. Dios no quiere que nos guardemos su mensaje para nosotros mismos. Nuestra misión es difundir la Buena Nueva a todas las naciones, empezando por nuestra comunidad inmediata y hasta los confines del mundo. ORA: que Dios te use a ti y a tu iglesia para cruzar las fronteras de tu propia cultura para compartir que el Rey Jesús ha establecido su Reino de Shalom en la tierra y nos ha invitado a unirnos. Sé un discípulo hacedor de discípulos.

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